En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
viernes, 18 de julio de 2008
Si la salvación consiste en vivir sin vivir en sí ¿quién podrá salvarse?. Personalmente, pongo mi confianza en la demasía esencial del amor, de que no conozco más que ecos, reflejos y metáforas. Sin embargo de lo cual, me empeño en creer que existe, nos abarca y durará siempre, en todo el sentido de esta inmensa, inconcebible, incomprensible palabra.
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