En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
viernes, 19 de diciembre de 2008
Cuando seamos de nuevo otra vida, otra gente ¿qué será de este amor que tuvimos recién nacido, tembloroso, ingenuo, entre las manos, indecisos entre morir ya o renacer, ya deslumbrados por la luz que ahora seremos?
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