domingo, 21 de diciembre de 2008

No dejes que se apague,
la luz,
mi amor, no dejes,
que en lo oscuro no hay,
pero da miedo.

No dejes que se apague
¡es Navidad!
turrón y castañuelas alrededor
de Belén
de Judá.

No dejes que se apague,
déjame
ver ese Niño de barro,
como yo,
que es Navidad.

Dios se ha hecho carne y sudor,
llanto,
posible
dolor.
Dios.

Dicen que no lo hay, las malas lenguas
de trapo y de cartón. Yo sé que se equivocan.
Tú lo decías, madre: no te dejes engañar,
el buen padre,
todavía Niño en Navidad,
te salvará.

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