No dejes que se apague,
la luz,
mi amor, no dejes,
que en lo oscuro no hay,
pero da miedo.
No dejes que se apague
¡es Navidad!
turrón y castañuelas alrededor
de Belén
de Judá.
No dejes que se apague,
déjame
ver ese Niño de barro,
como yo,
que es Navidad.
Dios se ha hecho carne y sudor,
llanto,
posible
dolor.
Dios.
Dicen que no lo hay, las malas lenguas
de trapo y de cartón. Yo sé que se equivocan.
Tú lo decías, madre: no te dejes engañar,
el buen padre,
todavía Niño en Navidad,
te salvará.
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