Sangra la tierra esta mañana
la alegre canción del agua, huele a otoño,
a tierra húmeda de dolor reciente.
Ayer,
arropados de nieve, fueron
quedándose dormidos mis sueños
en tu regazo.
¿Dónde los llevaste? ¿dónde?,
que no me acuerdo de tu voz. Tu voz que me decía:
duérmete niño
para que yo soñara.
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