En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
domingo, 5 de julio de 2009
Tiempo de orbayo, aire licuado y gris, sudan las nubes y llora una torrentera la montaña de más cerca. Estamos en verano y no, a la vez, por los caprichos es posible que del cambio climático de que hablan y dicen unos que lo hay, otros que no y muchos se pasan de pensar de una manera o de otra según lo que acaban de leer o de estudiar seguramente con ahínco, pero sin más datos que los que constan en algún documento, siendo por contraste, como son, la naturaleza y la vida tan cambiantes e impredecibles. Conozco hombres que considero muy inteligentes, que dicen que hablar del cambio climático es una soberana tontería que usan para sus turbios fines quienes lo necesitan, y se de otros muchos hombres, a que asimismo considero sabios, que dicen que ignorarlo es una temeridad que podría concluir con la vida que conocemos sobre la tierra. Y podría ser, que la tierra, durante la vida del sol, haya mudado y aún vaya a mudar de habitantes muchas veces, cada vez que la especie dominante llegue a tal grado de peligrosa ciencia que se destruya junto con la demás vida, capaz sin embargo, más tarde, de regenerarse con unas características en cada ocasión diferentes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario