Cada día
queda un poco menos para que sea mañana,
¿has pensado
alguna vez
que habrá un día sin mañana?
El tejido vital, eso que pasa, el tiempo
parece siempre el mismo, intacto,
hasta es posible
que sea eterno.
Y sin embargo, para cada uno,
para ti, para mí, para el amor incluso,
se rompe, interrumpe. Ibamos
cantando,
felices
a lo largo del camino de la tarde,
y el espacio de mañana, es, sin que lo sepamos,
un agujero negro,
insondable,
en que la materia se funde y convierte
en otra vida nueva, diferente
de que tú y yo no formamos parte
porque estaremos absortos, tal vez deslumbrados
por la verdad de las cosas.
Iremos,
territorio desconocido arriba
-pero no habrá arriba ni abajo-,
iremos,
durante … ¡no habrá tiempo
alrededor! Estaremos ….
¿dónde?,
justo mañana,
de no sé qué hoy,
donde se acaban
el tiempo y el espacio
y encenderá el amor, por fin
la hoguera inacabable, que arde donde no hay nada
pero estará ya todo,
en el definitivo equilibrio de las contradicciones.
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