Pienso,
no puedo dejar de hacerlo. Cuando yo no quiero,
hay algo, dentro,
que sigue pensando,
sin remedio.
Doy vueltas y más vueltas,
sin querer,
hasta que la desgasto y se queda
casi en rayo de luna,
en humo,
a la nostalgia
de tu recuerdo.
Pero
si tú nos has sido nunca
más que una ilusión
imaginada,
¿cómo es que puedo recordarte,
añorar la textura
de tu piel,
saber una por una
tus palabras que sorbo enamorado?
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