Cierra la ventana del miedo
que ha llegado la noche y es casi invierno,
cierra,
madre,
y déjame apoyar
en tu seno
frío de soledades,
me arrepiento
de no haberte dicho,
una y otra vez, cada día,
te quiero,
cierra la ventana,
deja que llore en tu regazo
toda la ingratitud de mi silencio
aunque ya sea inútil,
se hayan secado tus ojos
y hayas muerto.
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