Hay infinitos mundos
donde puedo
refugiarme todavía, huir
de la estupidez y de la barbarie.
No podéis
Llegar aún a mis secretos refugios, pero
se anuncian malos tiempos, hay quien dice
que dentro de muy poco
sabréis lo que estoy pensando.
Prefiero no vivir ese tiempo,
haber sentido,
para entonces,
la caricia cálida
de la voz de la muerte en el cuello
y así, cuando lleguéis
a pisotear mis cenizas y esparcirlas con vuestro vocerío
será como si yo no hubiera estado nunca,
pero sigo creyendo, que,
desde alguna parte
os podré dedicar una sonrisa
de despedida.
Luego, si queréis, olvidadme, ya estará dicho todo mi papel. -
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