En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
martes, 11 de noviembre de 2008
Alguien me ha dicho desde Taiwán no sé qué, en chino mandarín. O habla español, y podría haber hecho un esfuerzo para darme pistas de lo que me quiso decir, o no lo habla y entonces supongo que lo que le habrá gustado o disgustado, será alguna de las fotografías o algún dibujo de los que escoltan mis parrafadas y las acompañan. Tal vez alguna flor o un paisaje, las palmeras que a mí me traen a mal traer, llenas, cada mañana, de pájaros del alba, el río que se contonea, como ría que es, femenina y cadenciosa, a través de mi pueblo. Un amigo se asomó al blog y se ha echado a reír. Bueno, pues lo que no se entiende, se interpreta como conviene y uno prefiere. El taiwanés, o tal vez la taiwanesa, me habrán dicho que es bonita la foto tal o cual, o que hay que ver lo bien que ordeno el blog, cada cosa en su anaquel y los párrafos separaditos, limpiamente ordenados e inteligibles. Gracias, hermano bloguero o generoso lector, que me dejaste ahí, como quien pone un regalo que aprecio, unas cuantas de esas hermosas letras plurisignificativas. Y si es una tomadura de pelo –que ya es difícil tomarme a mí el pelo, habida cuenta de la escasez del material aún disponible- igualmente se lo agradezco, a quien haya sido, por la pizca de sal que pone siempre el sentido del humor a tantas vaciedades como uno dice cuando no se me ocurre otra cosa. -
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario