Es como andar a ciegas
por entre las notas
del clavecín. Nunca
sabremos si este día, tal vez
el último
o el primero de algo
es un día importante que alguien
en alguna parte, en una misteriosa agenda,
podría tener marcado.
Un día
que parece igual, y sin embargo, desde el principio
hasta lo más incierto, hondo, lejano
de un posible futuro
será la única oportunidad de que yo escriba este poema,
que olvidaré en seguida
como una hoja seca entre las páginas
de un libro que se perderá en el desván
hasta que otro día, la infinita paciencia
de tu curiosidad, lo descubra
y alguien
que eres tú
recibirá el mensaje de que existió este día
y que yo estuve aquí y ahora
presintiendo la caricia de tus ojos
y el beso sin destino
de tu ternura, que presiento,
ansioso ya de que llegues
para devolvértelo.
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