sábado, 5 de junio de 2010

La playa, primavera, está vacía,
la mar hambrienta,
hay una estrellamar dormida
al hilo
del agua quieta.

Apenas puede soportar
el peso
del reverbero del sol, que la alisa,
mantiene
la espuma en flor, convertida
en rayas de luz, como palabras,
que, en el fondo,
mueve el agua.

¿Dónde estás,
que aún no veo
la silueta de cara, el perfil
de tus hombros,
tus rodillas?

Eres,
sin remedio ni duda, ya,
mi amor de este verano,
cuando no tendré amor.

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