En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
lunes, 12 de enero de 2009
Muchas gracias por tu comentario, Brian. Compensa, saberse aunque no sea más que ocasionalmente acompañado, en cualquier soledad, de éstas de que, exprimida, resulta como destilándola, la literatura que cada cual es capaz de lograr y creo debe procurar compartir para moverse en la prodigiosa fronda o el desierto insondable de este vivir en que coincidimos. Ir con alguien, aunque no sea más que durante pequeños tramos de camino, unos pasos, tal vez, nada más, permite el privilegio de compartir y sentirse de alguna manera convivido con otros que también sobreviven preocupados por las cosas que pasan, de que tantas nos conciernen y cada vez más de cerca. Sinceramente gracias. Y también por haber puesto mis divagaciones en la lista de tus blogs más frecuentados.
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