En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
sábado, 14 de febrero de 2009
¿Quién sabe lo que hay de verdad en cada mentira, de cierto en cada hecho a medias olvidado?
Más nos aleja, el olvido, que el tiempo y que la distancia.
Dime tú, recuerdo mío, ¿sabes dónde vas, cuando te olvido?
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