lunes, 29 de marzo de 2010

Mis palabras,
cenizas, hoy, de sueños,
que un día soñé, cuando aún no sabía
soñar, y pensaba
que la vida
era la búsqueda del archipiélago, la isla,
la cueva, por fin, del tesoro
del pirata olvidado.

Mis palabras,
más hermosas.

Ahora, que el camino de vivir
me ha enseñado tanto sobre el amor y la muerte:
que vivir
consiste en irse quemando, entregando,
humo por fin,
al vacío inmenso del cielo.

Palabras,
cometas de colores,
todavía sujetas al hilo del instinto de vivir.

Que, poco a poco
siento que se convierte en anhelo
de libertad,
de vuelo,
de decir,
como última palabra del camino
de toda una vida,
que te quiero.

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