Otra vez va a ser Navidad,
voy diciéndoselo en secreto a la gente, al oído,
se me vuelven,
me miran,
¡chiflado éste! –adivino que piensan-,
yo insisto:
Navidad, ¿te das cuenta, hombre,
o mujer, según, ¡Navidad!
La Navidad, que viene año tras otro, inexorable,
es como el alba del año,
como el renacimiento del ave fénix de la esperanza.
Bajaremos del desván las figurillas de barro
del Belén.
La Navidad, si te fijas, carece de sombras,
Es lo que es exactamente, el nacimiento
de un Niño,
cuando toda la familia, en este caso la familia humana,
está convencida, por un solo momento
de que ayer no había nada
y hoy está, de pronto,
creado
nada menos que todo el universo
y esa ley universal de la gravedad
que es el amor.
Pasa otro,
pongo la mano en su hombro:
que viene –le digo- nada menos que la Navidad.
Algo mucho más importante
que si ahora mismo te dijese
que iba a acabarse el mundo.
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