miércoles, 18 de noviembre de 2009

Pinceladas de los colores de otoño, que no suelen ser colores agresivos porque el otoño es la estación del cansancio, cuando la naturaleza, exhausta, que acaba de parir las cosechas a lo largo del final del verano, se recuesta un momento y respira hondo unas veces y otras a poquitos. Nadie sabe si habrá bastante aire, lo que va a durar y si seremos capaces de adaptarnos o habrá llegado la época en que cada generación debe hacerse cargo de sus casos y sus cosas. Le decía esta mañana a uno de los responsables de este tiempo que debería usarnos como uno de aquellos consejos de ancianos que según las películas y sobre todo la novelería del Far West americano había en cada tribu. Se muy bien que los consejos de ancianos son casi siempre pacifistas y durante la paz no hay posibilidad de demostrar su condición a los héroes, pero también me consta que ser héroe, muchas veces, no sirve más que para constatar la presunción de nos candidatos al adelante del tiempo de morir que les concierne. Son una rara especie de suicidas por delegación. Me recuerdan a mí mismo, cuando muy joven, que pretendía ver terminadas las cosas antes de que empezaran a hacerse. Los más viejos somos pacifistas, y más cuanto más viejos. Dependerá, digo yo, de que los huesos del alma, como los del cuerpo, se van haciendo más y más frágiles, casi tan delgados y delicados como los hilos que mantienen nuestro contacto personal con la mayos o menor cantidad de razón que uno tiene. Justo ayer me decía que más de la mitad de la gente civilizada es incapaz de representar en un plano la configuración de un terreno o de un objeto cualquiera o de imaginarlo ocupando un espacio o moviéndose hacía determinada perspectiva diferente. Deduzco que una parte importante de la humanidad pasa por la vida como si no hubiera estado aquí, en el mismo planeta, conmigo. Un misterio más, que añadir a la lista de los pendientes de explicación. Y la pregunta resumen podría ser si en algún momento se aclarará todo, o, por lo menos, transcurridos todos los momentos, fuera ya del tiempo.

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