lunes, 9 de noviembre de 2009

Palabra sobre palabra
te escribiré esta mañana
una canción de amor.

Lo haré sin razón alguna,
como lo haría un ruiseñor,
solo que,
claro, peor.

La haré para levantar,
con ternura
la niebla de esta mañana.

Lo haré sin más motivo
-¿y te parece poco?-
de estar enamorado
de la vida que pasa.

La vida es como un fruto
hermoso
de la luz del alba.

La vida es nuestra sola
posibilidad de que nos mientan a la vez
nuestros cinco sentidos
hermosas mentiras.

La mentira
es la rosa del jardín del amor,
también efímera,
como ella,
pero lo mismo de bella.

Si la belleza,
como la fealdad, la juventud y la tristeza,
son mentiras todas,
¡cómo no me habría de enamorar
de cada una de ellas!

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