sábado, 16 de julio de 2011

Bien por Paco. Ha dicho lo debido en su discurso, un tanto engolado a veces y con digresiones que son lo mío, pero tal vez allí habrían sobrado –debe tenerse siempre en cuenta que no es oro todo lo que reluce de lo que se cuenta de nuestra pasada lucidez asturiana, en que hay de todo, como en botica, y ya se sabe que la memoria que prevalece es sólo la selectiva-, pero en mi modesta opinión ha sido un discurso sólido, valiente, detallado y suficiente.

Has desmarcado al Foro del PP, consciente de que el PP tiene ribetes excesivos, que por una parte lastran y por otro lado asustan. Tal vez debamos entender conveniente que el Foro sustituya en Asturias al PP, como hasta cierto punto podría decirse que hacen el PNV en Euzcadi, dicho sea con las debidas reservas, y no sé si Convegencia o Unió, o tal vez entrambas, en Cataluña –cruz para la Cataluña del extremo más alejado, ésta de llevar en el frontispicio del nombre la eñe característica del castellano español por antonomasia mayoritaria de uso-. Lo que supondría una definitiva opción por modernizar y corregir el núcleo del ideario capaz de equilibrar para el futuro que nos espera las dos características, individual y social de las personas que tenemos por más civilizadas de nuestro tiempo.

Nada más y nada menos que ponerle al gato el cascabel de iniciar la reforma definitoria descriptiva de los campos desde que cabe diferenciar en nuestro tiempo los conceptos políticos –trascendido, para entendernos de una vez, aquello de derechas e izquierdas-.

Lo dicho, tras de releer las treinta y dos páginas del debate de su participación en el debate de investidura: un discurso tan generalizadamente esperanzador que no se le han puesto –y estamos nada menos que en Asturias, donde la crítica se produce y crece comos los escayos de los bardiales-, dificultades más serias o más graves de que “eso ya lo había dicho yo” o “ya veremos cómo lo logra”, “ya veremos si es capaz, con lo que está cayendo y sin dinero …”. Nadie ha dicho que algo estuviese fuera de lugar o pareciese desaconsejable.

Concluido lo del predicar, ha llegado por cierto la hora de empezar a prepararse a dar trigo. Que el buen padre Dios, para lo de a El rogando y con el mazo dando, reparta habilidad y suerte.

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