viernes, 23 de diciembre de 2011

Mis queridos amigos, dos puntos, aparte. Vosotros, los conocidos, los de siempre, los que estáis siempre a mano. Vosotros, los desconocidos, que, sorprendentemente, me habéis ayudado cuando no podía yo suponer de vuestro afecto. Vosotros, los que ni me miráis, o lo hacéis de reojo y de buena gana estrapallaríais cada palabra que digo, a ver si de una puñetera vez me callo.

Mis queridos amigos, todos, sin distinción. Incluso los que me ignoráis. Ni idea tenéis de que voy en el grupo, esta caravana, coincidente en el espacio y el tiempo, que formamos los componentes de esta generación. ¡Los quintos del cincuenta!, como nos llama mi entrañable, querido amigo Pablo, que ya habrá entamao, como todos los años, a repartir décimos de lotería ¡a ver si de una vez vos toca!.

La lotería nunca “toca”. O te abruma como un argayu o pasa de largo, sin ni siquiera reírse de ti. Como si no existiéramos.

Pero, a lo que iba, para todos, justo ahora que entama ‘l’Avientu, ¡felices Pascuas!, y, en seguida, después, ¡feliz Añu!

Unas horas y nacerá el Neñu.
¿Fijásteivos lo feos que son los neñus al nacer?
Tienen una cabecina como esas que encuellen los indios, el pelu moyau.
La cousa ya que nacen y ta toda la familia como loca. Nun saben qué regalai a la madre, qué traei a él, cómo felicitar al pa, que ta como en una nube.
La familia de esti Neñu que ta’puntu nacer ya la humanidá toa.
De cualquier color.
De cualquier pelaje.
Ricos, probes, terciaos. Y de cualquier religión, tamién.
Por eso vos felicito a tos.
Tais, tamos, tan de ‘norabuena. Esto ya la Navidá, en esto consiste.
¡Hasta paran las guerras!
Los que is duel algo, tou seguru que güey duelis menos.
Se d’álgún que siempre ta de mala leche, peru tal día como’l de Navidad, nun sabe que-i-pasa q’hasta-i-dan unas ganas que nun ya capaz d’entender d’amigar co’l vecín.

Dexaivos ir, agora, flotai na más n’este aire que nos sopla diretamente el buen padre Dios n’o más hondo de nuesu corazón en carne viva.

Aprovechai la Navidá pa renacer.

Tiense –dicen- la edá de quien se quier. Aprovechai, tenei la edá del Neñu, que ta’puntu nacer, ta naciendo.

De todo corazón, para todos vosotros y para los otros:

¡Feliz Navidad!

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