Hagamos un campamento cerca del río, donde se escuche pasar el agua,
contémonos
las alegrías pasadas,
tu niñez y la mía.
Habrás tenido una niñez,
¿soñabas
ya
conmigo?
No recuerdo
haber nacido esa tarde de verano que dices. No
recuerdo
haberte vista por primera vez. Tú eras tú,
querías hacer un jardín murado, ocultarnos.
La vida no es así, la vida es un viento huracanado, que pasa
arrollándolo todo, destruyendo;
la vida
es, madre, ahora ya lo sabemos ambos,
aprender
a morir con cierta dignidad.
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