-Se casa, lo sabemos de buena tinta, noticia confirmada, y el otro, ya dicho, se descasa, y se han amontonado ésta y aquél, que te lo digo yo, que a aquél, además, lo han cazado en brazo de la otra, y la otra, dice su marido que mañana mismo la pone en la calle, porque hay un tercero, o tal vez una cuarta.
-La cuarta, en realidad, es homo, de modo que no la verás con ese que dices, sino con la que ya sabes. La que ya sabes, dice todo el mundo que se acuesta con el otro que la venía a buscar y se encontró con la nueva con que ahora sale y ayer, en la discoteca … ya sabes, pero no se puede comentar aún, sin que nos lo confirmen otras dos fuentes por lo menos.
-De quien no se sabe nada es de las que no se hablaban. Dicen que han llegado a un acuerdo y una sale con él lunes miércoles y viernes y la otra martes, jueves y sábados, salvo caso de estricta necesidad, que avisando con la antelación debida se mudan el turno.
-¿Y qué me dices de esa?
-Lo de siempre, que, agotado el sentimiento del último adolescente ya ha puesto una nota en la red social de siempre, buscando otro.
-Los agota.
-Los quema.
-Dicen que les fotografía, ya sabes … y que tiene una colección más cotizada, por lo menos en el gremio, que las de sellos o de estrellas del fútbol americano de los treinta.
-Pues ya, ya.
Entras en casa, alguien ha dejado encendida la tele y están ahí. Si los dejas, un día tras otro, y no hay boda, bautizo, aborto, divorcio, cuerno, pìtón, reconciliación, descrédito ni bronca que les ataña y no salga.
-¿Y ésa?
-Esa, como puedes comprobar en la revista por antonomasia, donde todo se recoge, archiva para la hemeroteca, se sintetiza para avisos de alcance de las salas de espera, es una pelandusca de tomo y lomo, que encima cobra y no paga a hacienda.
-¿Ah, pero el amor no paga impuestos?
-Depende de si mueve o no capital, precio, retribución, provoca ganancia, es o no profesionalizado, se actúa en concepto de comerciante, ocasional, amateur habitual, por cuenta propia o por cuenta ajena. Ultimamente me han hablado de unas autónomas que quitan el hipo, pero limpian concienzudamente las billeteras. Lógico que deban pagar ¿no?
-¿Y todo esto …?
-Todo esto genera un torrente económico de extraordinario caudal, que fluye a diario de unos bolsillos a otros sin que nadie tenga que esforzarse. Sólo hablar, salir, bailar, follar a troche y moche, romper, tirarse los trastos a la cabeza, poner carita de seria circunspección, lamento indio, fingida pesadumbre, alegría mendaz.
-Y de este asunto …
-Querrás decir de “estos” asuntos. Pues sí. Vive cantidad de genta y les da cuerda, los anima, aplaude con entusiasmo cada evento que les atañe, y, si no hay otro, los provoca y les va con el cuento: oye, ¿te enteraste de lo que dijo de ti ésa? Y sin vacilar surge la respuesta: ¡pues ella sí que es una zorra!. Ya está en marcha la exclusiva, el follón, el tejemaneje.
-Pero bueno, y todo eso ¿a quién importa?
-Buena pregunta. Nadie lo confiesa. Tal vez sea uno de nuestros mayores misterios sociales pendientes. Pero se asegura que hay quien cada día que sale la revista, lo primero que hace, al lado todavía del quiosco, es comprobar que no se ha cometido la imperdonable ofensa de omitirle en las páginas de este número.
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