Mis soldaditos de plomo,
desfilan,
uno, dos, uno dos,
guardados en sus vitrinas.
Mis soldaditos,
con sus espadas,
fusiles y entorchados,
sus bandas y sus morriones,
sus tambores destemplados
y el cornetín,
que corre,
con su clarín,
tras del oficial que manda
el destacamento.
Mis soldaditos de plomo,
tan gallardos,
los hay de a pie y de a caballo,
modernos y medievales,
turcos, moros y cristianos,
pero jamás se pelean. Son
un ejército sin guerras
a que acudir por ahora.
Mis soldaditos de plomo,
plan, plan, rataplán,
vienen y van.
2 comentarios:
Y al frente de este ejército
De futuro perfecto
Es un poeta el que gobierna
A cualquier ira ajeno
Sus idas y venidas.
Desde el puesto de mando
Allá tan alto
Que sólo viven los sueños,
Que él transforma en verso.
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