lunes, 22 de noviembre de 2010

Puede que sea ésta la última ocasión que Europa tenga para construirse como Unión Europea. Una constitución que tendría como consecuencia principal la de que se acabaría la diferencia entre países ricos y pobres, cuando todos fuesen uno, con comarcas más ricas o más pobres, según la productividad de cada cual en bienes y servicios de las diferentes clases imaginables.

Estamos corriendo el riesgo de que Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia o cualquiera de ellas, tengan que abandonar el grupo y el proyecto, hundidas, por su insuficiencia económica, en la desesperanza, el desencanto, el escepticismo.

Y la Unión Europea pasará a haber sido otro hermoso sueño de recrear la pax romana del imperio.

La riqueza de Europa se genera en Alemania, se gasta en Francia y se jubila en España o Italia, con Portugal y Grecia como segundas alternativas, pendientes de crear infraestructuras turísticas de una por desgracia mayor sofisticación.

Hay dos clases de turistas: los masificados, que recorren las curiosidades en rebaño y los mochileros, que van en grupos como mucho de media docena de individuos de ambos sexos, que pisan el terreno, lo recorren, se impregnan, se mezclan con la gente, conviven y descubren por lo menos una esquina del alma de los territorios y los pueblos por donde pasan. Los primeros prefieren, cuando llega la hora de comer o descansar, una mayor sofisticación; los segundos huyen de cualquiera y prefieren las condiciones de vida naturales, antiguas, dimanantes de los distintos modos de vida de cada lugar.

Hermoso sueño, el de la Europa Unida.

Tal vez en el tercer milenio. O antes, si se descubre que hay otros mundos habitados y la gente tiene que recurrir a la gente, aterrorizada por otra gente distinta, de modos y formas imprevisibles. En cualquier planeta, las condiciones de vida diferentes pueden haber determinado la aparición de criaturas inimaginables, con raciocinio parecido sin embargo al humano o incluso susceptible de desarrollos superiores o inferiores, y, desde luego, con culturas y códigos de valores diferentes.

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