viernes, 19 de septiembre de 2008

Se mece el tiempo esta mañana en el río, saltan
las truchas a la caza
de suculentos mosquitos, caen
como pedradas en el agua. El tiempo,
desnudo
se deja vestir
con la piel del agua, refleja el primer rayo de sol,
de otoño anticipado.
Hay un mirlo desgranando estrofas
y mi ángel se extasía
¿qué pasa –se me ocurre- con los ángeles?
¿los libera la muerte? ¿van
a rendir cuentas con nosotros?
Me contesta un rumor
de hojas y de alas, que no entiendo.
Pasa a mi lado, errático,
un copo
de viento.

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