miércoles, 12 de enero de 2011

Transcurrida la primera decena del segundo mes de invierno, casi en mitad, dentro de unos veinte día en mitad de invierno, cualquiera de éstos brotará la mimosa.

Se trata de una flor con prisas, que se adelanta a la primavera, que seguro que hace, con su olor, que se excite un poco la escasa respiración de los osos en sus oseras.

Se anuncia magro, este año, en disponibilidades. Todo el mundo habla de recortar los gastos que sea posible. Lo pagarán primero los más débiles. Nadie quiere que sean los suyos, los de su entorno más cercano, en lo familiar, sindical, empresarial o gremial, los que paguen más o paguen primero las consecuencias de estas catastróficas premoniciones de lo que va a ser el año de vacas flacas que se nos ha caído encima.

Mucha gente pregunta qué se puede hacer y cómo. Revela así que nos movemos habitualmente a ciegas y confiados en que alguien va a sacar las castañas del fuego antes de que se quemen las nuestras. Hemos de aprender que en política no podemos comportarnos como los partidarios de cada torero o de cada equipo de fútbol, Lo de la política nos concierne directamente, atañe a nuestro comportamiento, nuestra cartera y nuestra dignidad personales y familiares

Un día de estos, a lo mejor, hablamos de política, pero hoy no. Hoy es un miércoles apacible. Los puestos del mercadillo se han puesto todo a lo largo del río. La calle de al lado del río, que se ciñe a las curvas de la ya ría, cuando lo canalizaron, se llamaba el encauce, más tarde le llamaron, y todavía se llama, del Pilarín, por donde se pone el mercado variopinto de los miércoles, fruterías, casquerías y churrería gallegas, ropa, calzado, hierbas medicinales, caramelos y flores.

Hace tiempo que no bajo por churros. Los recuerdo deliciosos, recién hechos. Hace más tiempo, hubo churrerías en la villa. Pero la villa se ha ido despoblando y envejeciendo y hay cada vez menos comercio y menos establecimientos comerciales, que, algunos se resisten hábilmente a morir, aprovechando, precisamente, que son los últimos y quedan pocos. La villa, que tiene aspecto de ciudad en miniatura, dispuso de un comercio surtido y selecto de que restan ahora, pero mantienen el tipo, los últimos vestigios y hasta hay jóvenes que con cierto heroísmo se ponen tras el mostrador y sobreviven. Este año enteco será, temo, malo para ellos.

No hay comentarios: