domingo, 15 de marzo de 2009

No quiero que me quieras,
si me quisieras,
esto de yo quererte apenas valdría
la pena.

Prefiero que desprecies
lo que te quiero,
para saber que es todo
amor,
esto que por ti siento,
y me duele en el alma
cuando te veo.

Y si algún día llegas
a tenerme presente en alguno
de tus recuerdos,
si te enteras de que existo,
que sin mirarte
paso a tu lado en silencio,
tú te das cuenta, me miras,
y, sin querer, me recuerdas,
no me lo digas,
que podría matarme el sentimiento
de saber que había ido
contigo
en el íntimo cobijo,
de un pensamiento.

Porque querer,
amor
mío,
no es que me quieras,
sino quererte.

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