martes, 3 de marzo de 2009

-Oye, tú, Pedrito …
-Me llamo Píter, ¿sabes?
Píter Pan.
-Para mí, Pedrito.
-Como quieras; ¿qué?
-Cuéntame tu secreto,
en qué consiste
eso de no crecer, ser siempre niño
feliz.
-No soy feliz. No hay nadie que lo sea.
-Pero eres niño,
no creces,
has formado tu banda, incluso un hada
está
enamorada de ti. Y para entretenerte
están tus enemigos:
los indios,
los piratas,
y hasta supongo que el horrible cocodrilo que persigue
al capitán.
-Estoy vivo,
estar vivo es un problema siempre,
tienes
que derrochar la energía,
aprender
hacer,
aunque sea volando, aunque seas niño,
cada camino,
y tú, a quien yo envidio,
tendrás un remanso de vejez
y la vía de escape de la muerte
y al final
el misterio inimaginable,
sin duda hermoso,
placentero,
lleno de luz,
del otro lado del espejo
donde espera el buen padre Dios.
Nosotros,
los eternos personajes de los más bellos cuentos,
no tenemos la puerta de la muerte
para ir
en su busca.

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