En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
viernes, 26 de enero de 2007
Entrecerrados los ojos de llorar y de reír me voy quedando dormido sin risa ni llanto, solo con mi cansancio.
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