Estas tardes de otoño
el agua del remanso
del recodo del río, tiene,
inmóvil,
el color de los malos pensamientos,
lleva cerca del fondo,
apenas sin crear, cosas malévolas
de formas indecisas,
miedos como de aliento de suicida,
de olor a humo lejano,
de suspiro
de adolescencia que nadie comprende
y es como una premonición de la vejez
o del invierno.
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