En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
lunes, 20 de octubre de 2008
Magnificamos lo baladí mediante su crítica, que convierte a cada uno de sus responsables en individuo inmerecidamente notorio. Y así vamos elaborando un catálogo de supuestos famosos, que nos ponen en el riesgo de aparentar la fragilidad cultural de una época en que cada día se están produciendo sin embargo acontecimientos trascendentes para la reestructuración social ya imprescindible en que creo que debería intentarse equilibrar la convivencia en que debe consistir la vida del tiempo que viene.
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