lunes, 27 de octubre de 2008

Soy una gota única,
y todas las de lluvia
caídas desde que el mundo existe y rueda,
llevo en mí el reino de las hadas,
la primavera
y ese olor a tierra
mojada del otoño
cuyo recuerdo permite remontar la estación fría,
asomarse
más allá del umbral de la muerte,
soy una gota de lluvia, un beso
que pone la nube en los labios verdes de la tierra
y en los labios de espuma de la mar,
soy la vida
y tal vez la muerte,
una miserable gota de lluvia,
tal vez una esquirla
de la porcelana azul del cielo
rozada por el ala
de una golondrina o de la alondra del alba.

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