En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Es tremendo –pienso- haber escrito tanto y sospechar en cualquier momento, como este por ejemplo, que es posible que nada de lo escrito tenga mérito, valor, utilidad, algo en fin que de algún modo justifique que haya sido escrito.
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