En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Se buscan siempre símbolos para las pinturas de van Gogh, y así como al parecer es pacífica la interpretación que adjudica a los girasoles el de la amistad, se discute desde la primera interpretación de Heidegger cuál podrá ser las del par de zapatos viejos que es único motivo de uno de sus cuadros. Heidegger consideró que eran los zapatos de una campesina y simbolizaban el trabajo, Shapiro opinó que eran los zapatos de un habitante de ciudad, y en definitiva querían simbolizar el autorretrato del autor. Un filósofo francés como Derrida, observó que a su parecer eran unos zapatos descabalados. Modestamente, me atrevo a intervenir en la discusión, y a partir de la que considero atinada observación de Derrida, pienso si no será el símbolo de un viejo matrimonio casi en sus bodas de oro.
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