En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Se mata por capricho, por cabreo, por despecho. Hoy leo en el periódico que matan por tratar de evitar que unos adolescentes intenten obligar a unos niños a darles unos euros. Al que se interpone, lo matan a palos. En una verbena popular, acuchillan a un joven. En una calle cualquiera, afean a un ciudadano su condición de extranjero, lo amenazan de muerte y lo asesinan acto seguido, sin más trámite. Un grupo social en que pueden ocurrir y de hecho ocurren cosas como éstas y por añadidura todavía se mata a mujeres porque “has de ser mía o de naide”, es un grupo social necesitado de tratamiento sociopolítico urgente y eficaz, so pena de caos de impredecibles consecuencias.
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