Es injustificable, se trate de explicar como se quiera, que se formen y actúen piquetes durante las huelgas. Una huelga es un derecho inalienable para quien decide hacerla y la hace, pero sólo cuando quien no quiere hacerla y no la hace disponga de plena libertad para ello, sin coacciones, recriminaciones, impedimentos o represalias. Si no se da esta segunda circunstancia, el ejercicio del derecho a la huelga queda desvirtuado y su efecto distorsionado, puesto que deja de reflejar un criterio o una protesta, que, realizados a la fuerza o bajo coacción, son artificiales.
Forzar a alguien a trabajar durante una huelga o a dejar de hacerlo, son, ambos, actos contrarios a la libertad personal y a su expresión, que tratan de engañar y dar la respectiva impresión de falsa normalidad o mendaz protesta colectiva.
Todo lo demás, se diga como se diga o se disfrace como se disfrace, comprendido el eufemismo evidente de los grupos supuestamente informativos, no es más que pura palabrería.
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