sábado, 30 de octubre de 2010

Tú no sabes cuántas veces
paseamos el bulevar de la inmensa ciudad,
cuando no había nadie,
descontando todos aquellos millones de desconocidos,
más que tú y yo.

Que nunca me atrevía
a decir tus palabras, cuando más
a encender tu sonrisa
cuando yo te decía mis más expresivas
palabras
de un amor eterno, como todos.

No sabes que me mirabas
cuando yo te miraba en silencio.
Sabe Dios dónde estabas
en el prodigioso, inexistente, dicen los filósofos,
mundo de la realidad.

Tú no sabes,
cualquiera que sea tu mundo
que yo te traje, en mis sueños a éste.

¿O sí lo sabes
y eres tú, durante tus horas de soledad
la que me llevas a tu mundo
y yo el que yerro
cuando pienso que no existes, no puedes
ser
más que una ilusión, una ficción
que imaginé esta tarde?

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