Cuando el paisaje nos haya olvidado,
quedará el camino solo
y otros vendrán a soñarlo. Me pregunto
si las palabras que dejamos, los gestos,
a medio decir y hacer,
las dirán ellos y se atreverán
a completar las caricias
que ahora no sé por qué no hicimos. Tal vez,
pienso ahora,
porque como no pensábamos volver,
quisimos guardarlas todas
en la memoria
sin la torpeza de mis manos, y
la ingenuidad de tus labios.
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