La única manera de empezar de salir de la crisis económica con un mínimo de seguridad consiste en consolidar la unidad europea. Y si no están los responsables de lograrlo dispuestos a intentarlo en serio, vale más que se abandone la idea.
No cabe moneda única a largo plazo si no hay un gobierno único. Unificar la moneda antes, fue un hábil modo de propiciar y urgir la unidad política, pero sin unidad política, la unidad económica, si no fracasa con motivo de los envites pendientes, fracasará cuando se produzcan otros previsiblemente sucesivos y que inexorablemente se producirán, antes o después, más bien antes, en el tiempo.
En mi modesta opinión, no cabe sostenimiento de un régimen de moneda única sin una homogeneidad cultural dependiente de la homogeneidad política que sólo puede seguirse de la unidad política por cualquier vía imaginable, del abanico que comprende desde la fusión hasta la federación.
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