En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
viernes, 29 de junio de 2007
Escucho atentamente, aunque no entienda a veces, la expresiva voz de Xavier Ribalta, cantando versos de Joan Maragall y de Joan Margarit, a la Patria, a la libertad, a Dios. Y pienso que por qué hay quien o quienes me quieren privar de compartir esa patria, esa libertad y a Dios con esos catalanes que son españoles conmigo nuestra españolidad común. Por qué me quieren privar del orgullo de haber estado con sus antepasado los míos compartiendo la gloria y la desgracia de recorrer los caminos de la historia Mediterráneo y Altlántico adelante, pasando por entre la imaginación aterradora de los monstruos, en busca del Pacífico, del mundo y de lo que hay para la eternidad más allá, inimaginable. Por qué no nos quieren permitir que vayamos juntos, todos los pueblos hermandad, consanguinidad ibérica, florecidos en la diversidad de lenguas como ésta en que el juglar está cantando y apresando el prodigio estético de la combinación de su idioma y su voz, que escucho en los míos con profunda atención y singular emoción. Pero dejadme que escriba poco, que siga escuchando embelesado. -
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