viernes, 1 de junio de 2007

Te echo de menos esta tarde,
podríamos ir a la colina. No hay moras, todavía,
ni madreselvas, pero puedo enseñarte
las huellas de mi niñez., que de seguro no verías, pero te aseguro que están
como las dejé
cuando salí a buscarte,
no estabas
y por eso vuelvo con tu recuerdo nada más, y tu amor
taraceado en mi corazón, donde más duele
y recorro,
esperanzado, de nuevo,
el mismo
camino
que anduvimos cuando niños, ya buscándonos,
todavía sin saber para qué.

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