martes, 4 de diciembre de 2007

Anda pegado a las paredes el sol de otoño,
dicen que amedrentado porque el año que llega es un arrapiezo
que viene con las armas,
una cerbatana y un tiragomas nuevo,
dispuestas, ya en la mano.

El sol de otoño, que es de cristal de roca,
de aire líquido y sal.

Ay, madre, que dicen que ha cogido miedo y por eso anda bajo,
amenaza con irse, y vendría
la noche oscura.

Menos mal que viene también la Navidad
y la toda la negrura se llenará de ángeles,
redoblará incansable el bronce de las campanas, la plata
de las campanillas, el cristal
de las campánulas
conventuales
serán un constante tintineo, que hará juego
con el de las cajas,
no olvidéis los regalos,
del Corte Inglés.

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