jueves, 6 de diciembre de 2007

La piel del aire
adelgazada de silencios,
me acaricia, hoy, despacio, casi
sin tocarme.

Nos mira de reojo el sol de otoño,
al pasar a hurtadillas, apenas
encendiendo un momento
los colores.

Hay un soplo de viento
reclinado
en el alféizar
de la ventana. Mira,
atento, lo que sueño.
Sonríe
con un temblor de las hojas de hiedra.

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