lunes, 24 de diciembre de 2007

NAVIDAD 2007

Nos pasamos la vida diciendo que algo va a cambiar mañana,
que año nuevo, vida nueva,
que dejaremos de fumar, que un día,
la multitud de antenas que miran al cielo, escuchan,
atentas,
oirán un sonido
identificable como la voz de un ser inteligente,
atrapado
en algún planeta lejano de alguna galaxia
del otro extremo del universo.

Ya ocurrió algo así, hace alrededor de dos mil años,
el buen padre Dios nos envió a su hijo
-cantábamos, con la voz de unos pastores,
con la voz de unos magos, con las atrocidades
de Herodes
el Grande,
tristemente recordado por su empeño de liquidar
a toda una generación en una noche,
como uno de los más eficaces genocidas de la historia,
que un Niño
nos ha nacido
en Belén
de Judá,
todavía lo seguimos cantando, todavía
sigue naciendo el Niño, con terca paciencia,
a lo largo de más de dos mil años, cada año-

Llévales –le inspiró-
el mensaje
del amor, diles
que es su única razón
de ser-
Lo matamos.

Nosotros, los hombres, la hermosa gente,
lo matamos.

Eso sí, con todas las formalidades procesales,
habiendo escuchado previamente todos sus alegatos,
disconformes con nuestras sabias leyes:
ojo por ojo, diente por diente;
el más fuerte
podrá hacer siempre lo que le de la gana, incluso excluir,
eliminar a cuantos se le opongan;
eso que tienes me apetece, aparta.

¿Qué es eso del amor?

Lo matamos y sobre la cabeza lacerada, coronada
de espino en flor, pusimos un letrero burlándonos de su impotencia:
¿dónde están tus ejércitos?
¿dónde tus ángeles?
¿dónde ese Dios que dices y que nuestros sabios más ilustres ya han aclarado
que no cabe en nuestras cabezas?

Pero mañana vamos a cambiar.
Mañana.
Tal vez mañana.
O nunca, como hasta ahora mismo.
Ahora mismo hemos inventado máquinas
para iluminar la tierra, inundarla
de luz y de sonidos,
hemos inventado los grandes almacenes, la elegancia socil
del regalo, las cestas de Navidad.

Navidad, Navidad … ¿qué era eso? ¿cómo
empezó todo este complicado asunto de felicitarnos,
darnos
tregua en las guerras,
sonreirnos, molestar
a mister Scrooge?

Un Niño nos ha nacido –hay una figurina
de barro, en el Belén de la Plaza Mayor, que lo recuerda-,
viene a decirnos sólo un palabra:
Amor,
eso es todo,
no hay más ni mayor secreto.

¿Y eso qué es? ¿en que consiste? Nos respondió con el ejemplo,
es darse sin límites
ni de espacio ni de tiempo
sin pedir nada a cambio.

Cortad un árbol,
alzad una cruz, escribid cuidadosamente,
una ley procesal,
ya veremos con más calma
qué es eso del amor …

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