Colaboro en la presentación de un libro que ha escrito un amigo y asisto a una celebración de las fiestas que vienen. Hablo en público, en ambos lugares y ocasiones. Digo, porque es cierto, que el autor del libro es un atento observador, además de un buen conversador que expone con claridad sus ideas y está siempre dispuesto a debatirlas y contrastarlas. Como consecuencia de ambas facultades, es, por añadidura, un excelente crítico. En la otra reunión digo que es importante, durante estos días, tener presente que nació un Niño en Belén y trajo un mensaje de amor y dijo que el amor es lo más importante. Y como en la reunión podría haber quien no puede o no quiere creer, yo, que si quiero creer, a pesar de todo, le exhortaba a considerar que aquello en lo que él no cree, podría ser verdad, cosa que evidentemente vale la pena tomar en consideración, habida sobre todo cuenta de que durante más de dos mil años ha servido de base a la propagación de un mensaje de amor y de que el amor es la base, el fundamento y la razón de todo. Y como también podría haber quien añadiese que durante muchos años, en multitud de ocasiones, el mensaje se transmitió mal o por quien actuaba sin tomarlo en consideración para actuar de determinadas maneras, añado ahora que es posible, puesto que las personas nos equivocamos con extraordinaria frecuencia, pero resulta por lo menos sorprendente y desde luego impresionante que a pesar de ello, el mensaje permanece, está ahí, ha pasado a través de tanto error y sigue diciendo que lo primero, más importante, razón de todo y su último fundamento es el amor. En el intervalo entre un acto y otro, me cuentan de un joven que murió uno de estos días de repente. Amedrenta esta especie de juego de azar que nos atañe desde el momento mismo siguiente al de nacer y nos mantiene en constante alternativa de tener que seguir o tener que abandonar y sufrir, no sólo la propia aventura, sino también el doloroso coletazo que atañe y afecta los que nos quieren y nos rodean, que no pueden comprender cómo ni por qué esto de vivir
es y deja de ser de este ininteligible modo-
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