lunes, 9 de abril de 2007

El agua es la piel del río,
el cauce la piel del agua. Se frotan,
piel con piel, de enamorados,
desconocidos,
y sus caricias son
el rumor de la vida,
que pasa.
El agua se pinta, se acicala,
donde la umbría y el zagal se confunde,
piensa que es una xana.
Que yo la vi –canta-
donde la romería,
pintada de luz y sombra,
y vi que me sonreía. Es mentira,
que no vio nada.
¿O si? ¿quién sabe,
mozo que vas cantando, lo que pasa
cuando las gotas de amor,
que te rebosan,
lleven en la hierba verde y hacen
que la tierra fecunde
agua para piel del río
donde lo más oscuro,
junto al viejo molino.