En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
martes, 3 de abril de 2007
-¿Quién eres –me preguntó-, y me quedé pensando, pensando. -Pues ahora que me lo preguntas, te he de confesar que no lo sé.
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