Golosinas y niños
con las narices despachurradas contra el cristal del escaparate,
pues yo –dice uno-
me comería todos los de crema,
yo el tarro entero de los caramelos rellenos,
hay otro más pequeño
que no dice nada, le preguntan
yo
no me comería nada para que no se acabe
y pueda seguir
comiéndomelo todo.
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