lunes, 23 de abril de 2007

Nada hay más hermoso, exacto, lúcido
que un buen soneto, pero es
como la jaula
de oro
en que se morían todos los pájaros de la emperatriz.
-¿Por qué se mueren
si los amo, los cuido, los admiro?
-Porque no pueden soportar
la rima exacta de los endecasílabos,
su musicalidad
tan bella,
repetida,
igual todos los días.

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