Hay una pausa
en el vientre de la niebla de hoy,
que es como si fuese a parir en seguida el verano,
no se atreviera
y por eso estamos tan inquietos la gente,
recién salida del éxodo de Semana Santa,
sin primavera aún,
tosiendo las hilachas de la gripe
y con la amenaza –dicen- del cambio climático que nos va a agobiar de verano
en cuanto baje el río, se alce la niebla
y comprobemos
que hemos sobrevivido a otro invierno.
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